Calor y tráfico rodado, la «olla a presión» de la contaminación

Los gases procedentes de los tubos de escape, a los que se suman aquellos emitidos por la industria, se amplían por efecto de situaciones anticiclónicas y radiación solar.

Radiación solar, tráfico rodado, industrias, calefacciones y aires acondicionados. Estos son los ingredientes de un episodio de contaminación por ozono troposférico (también denominado ozono «malo»), un contaminante secundario que afecta a la calidad del aire de las ciudades y que ya se ha convertido en uno de los principales problemas de las administraciones.

Los gases procedentes de esos miles de tubos de escape, a los que se suman aquellos emitidos por la industria, se amplían por efecto de situaciones anticiclónicas y radiación solar. Por esta razón, la posibilidad de que se den situaciones de contaminación por ozono troposférico se potencia durante los meses estivales.

«La contaminación funciona como una olla a presión: se crea en el centro de las ciudades con efecto isla de calor y con la acumulación de coches y se expande al resto», los problemas medioambientales y la crisis ecológica «no se perciben como reales porque no tienen efectos inmediatos». La mala calidad del aire en las ciudades hasta que se ha convertido en un problema estructural».

Ante esta situación, Ayuntamientos y administraciones públicas se ven obligados a tomar medidas para paliar los efectos del clima, tales como temperaturas extremas, periodos muy prolongados de sequía o inundaciones en las ciudades. Factores, todos ellos, que afectan a la calidad del aire.

Fuente: Europa Press