En 2050 el Banco Mundial prevé que la producción de residuos crezca hasta un 70% más.

Los países de elevados ingresos, a pesar de representar el 16% de la población mundial, generan más de un tercio de los desechos, esto es, el 34%.

Tal y como se recoge en el nuevo informe del Banco Mundial “What a Waste 2.0: A Global Snapshot of Solid Waste Management to 2050” (Los residuos 2.0: Un panorama mundial de la gestión de desechos sólidos hasta 2050), la previsión es que la producción de basura crezca en un 70% durante los próximos 30 años si no se adoptan medidas urgentes. Factores tales como la rápida urbanización y el crecimiento de la población mundial provocarán que la generación de residuos pase de las 2.010 millones de toneladas registradas en 2016 a 3.400 millones.

Los países de elevados ingresos, a pesar de representar el 16% de la población mundial, generan más de un tercio de los desechos, esto es, el 34%. Por su parte, la región de Asia oriental y el Pacífico producen un cuarto, es decir, el 23% del total. No obstante, se estima que las regiones de África al sur del Sahara tripliquen la producción en el horizonte de 2050 y que Asia meridional llegue a duplicarla.

Los residuos plásticos (que representan el 12% del total) se identifican en este informe como uno de los más complejos y problemáticos, toda vez que, si no se gestionan de forma correcta, afectan negativamente a los ecosistemas.

Si bien la adecuada gestión de los residuos constituye una prioridad para lograr ciudades sostenibles y saludables, lo cierto es que, en los países de bajos ingresos, no se visualiza como una necesidad, presentando éstos bajos porcentajes de reciclaje y compostaje respecto a los países de mayores ingresos.

En este sentido, el informe incide en que disponer de modelos eficientes de gestión de residuos permitiría construir una economía circular, de ahí que los productos deban ser específicamente diseñados para propiciar su reutilización y reciclado. Considera que gestionar los desechos de forma inteligente y sostenible contribuirá en buena medida al crecimiento económico eficiente y minimizará el impacto ambiental.

Fuente: Banco Mundial