¿En qué consiste la economía circular? ¿Cómo podemos sumarnos?

¿Qué es la economía circular?

Existen varias formas de describir la economía circular con definiciones que no siempre son fáciles de comprender. Pero resulta que el concepto es realmente sencillo y puede ser una de las grandes soluciones para ayudar a cuidar el medio ambiente. Eso sí, no siempre es sencilla su implantación, ya que nuestro modelo de economía actual hasta el momento no contemplaba esta estrategia. Si bien en países europeos como Alemania ya incentivan este modelo y organismos como la Unión Europea destinan una gran cantidad de fondos a este propósito todos los años.

Hasta el momento la industria española cumplía en la mayoría de casos con un modelo de economía lineal tradicional, es decir, una empresa consigue un recurso natural, elabora su producto y genera unos residuos derivados. La historia de la economía circular nos enseña que este modelo actualmente ya está anticuado, y por ello se propone una economía que fomente la reducción del consumo y desperdicio de materias primas a la vez que se reduce en millones de toneladas la producción de desechos.

¿Cómo se aplica la economía circular?

Es posible que te estés preguntando cómo implementar la economía circular para lograr ser más sostenible. Seguro que en el día a día has escuchado hablar de cuidar el medio ambiente siguiendo la norma de las tres erres (3R): reducir, reutilizar y reciclar. Básicamente es llevar esta norma a un entorno empresarial más amplio y, de hecho, el método no sólo se aplica a la producción y el consumo de bienes y servicios, también al salto de energías y combustibles renovables.

El actual flujo lineal de los materiales debe ser transformado en un flujo circular, que podemos resumir en recurso-producto-recurso reciclado. Una empresa obtiene la materia prima, realiza el producto que llega a los consumidores, los desechos se gestionan y se reciclan las partes servibles, se transforman en materias primas secundarias, y por último el sobrante llega al vertedero en forma de residuos clasificados.

La clave se encuentra en el trabajo previo, en no sólo diseñar un producto que sea útil y sostenible para el medio ambiente, también pensar qué desperdicios se generan en su fabricación -y cómo reutilizarlos- y qué ocurrirá con cada uno de los componentes cuando ya no sirvan para su función principal.

Economía circular: ejemplos en los que fijarse

A nivel personal y familiar podemos cambiar nuestras rutinas y adaptarlas a una economía sostenible y circular, modificando para ello los hábitos de consumo. En cuanto a las empresas, adaptarse a una economía circular requerirá irremediablemente en una revisión y cambio en la forma de diseñar y fabricar los productos. Además, por supuesto, de una revisión exhaustiva de los residuos generados y la buena clasificación y reutilización de los mismos.

Algunas de las grandes empresas del mundo se están adaptando poco a poco a modelos más sostenibles en la fabricación y reutilización de sus productos. Por ejemplo, tenemos el caso de Apple y de su robot conocido como Liam. Liam en realidad es un robot que gestiona la reutilización de los iPhone viejos de Apple. Es capaz de desmantelar un iPhone defectuoso o viejo en 11 segundos, separando sus componentes en materiales reutilizables. Se estima que le ha ahorrado a Apple nada menos que 100 millones de euros en materiales, incluyendo 40 millones sólo en oro.

El de Apple es un gran ejemplo de cómo reciclar un producto inservible o viejo aprovechando gran cantidad de piezas y reutilizando sus componentes, siendo beneficioso también para la propia empresa. Ecozap es otra empresa con un desarrollo completamente sostenible de sus productos, siguiendo una economía circular en España, fabricando zapatos sin tóxicos y reutilizando neumáticos.

Ayudas de la Unión Europea

La propia Unión Europea ha impulsado en los últimos años una serie de acciones para, poco a poco, implementar la economía circular en la industria y conseguir una Europa más sostenible a la vez que se generan nuevos puestos de trabajo. El plan desarrollado en 2015 establece 54 medidas para «cerrar el círculo» del ciclo de vida de los productos en relación a la producción y la gestión de residuos.

Además, determinó cinco sectores prioritarios para acelerar la transición a lo largo de sus cadenas de valor: plásticos, residuos alimentarios, materias primas críticas, biomasa y biomateriales y, por último, construcción y demolición. Esta transición se apoya financieramente a través de los Fondos Estructurales y de Inversión Europeos, Horizonte 2020, el Fondo Europeo para Inversiones Estratégicas (FEIE) y el programa LIFE.

Beneficios de la economía circular

El primer beneficio es obvio y repercute en todas las personas pero, especialmente, las que forman parte de nuestra comunidad. Y es que una empresa que siga los principios de la economía circular en toda su producción, y que se preocupe por la buena gestión de sus residuos, estará sumando un granito de arena a la conservación del medio ambiente en general.

Está demostrado que una empresa que se adapta conforme a los principios de la economía circular reduce su coste de producción, especialmente porque al aprovechar mejor sus residuos y transformarlos en materias secundaria recicladas, reduce el consumo de materia prima. Al reducir el uso de materias primas está directamente protegiendo el medio ambiente y apostando por el desarrollo sostenible.

Y otro factor directo de reducir los costes de producción es poder ofrecer tu producto a un mejor precio, es decir, aumentar la competitividad de la empresa.