Todos somos responsables de los residuos que generamos, pero en el caso de los productores la responsabilidad es aún mayor. Tal y como viene indicado en el artículo 8.1 de la Directiva Marco de Residuos, en las medidas de RAP (Responsabilidad Ampliada del Productor) los productores están obligados a cumplir con una serie de requisitos en la fase de diseño y producción; pero también en lo que respecta a la gestión de residuos.
En definitiva, esta normativa está destinada a que los productores promuevan la mejora de la reutilización, la valorización y el reciclado de los residuos. Para lograr cumplir con la normativa, los productores toman como punto de partida diferentes aspectos y obligaciones que deben considerar desde el diseño del producto persé.
¿Cuál es la responsabilidad de los productores?
Los productores deberían contemplar los aspectos derivados de todas las etapas del ciclo de vida del producto, con el fin de minimizar el impacto que dichas etapas pueden tener para el medio ambiente, desde la adquisición de las materia primas, el diseño del producto, su producción, transporte y entrega, el uso del mismo, el tratamiento del residuo que genere y su disposición final.
Por supuesto, se debe buscar la máxima rentabilidad y durabilidad para estos productos. Dicho de otro modo, se trata de desarrollar productos que sean capaces de cumplir su función durante un largo período de tiempo.