La contaminación y el cambio climático son dos de los grandes problemas a los que se enfrenta la humanidad en el siglo XXI. En nuestra mano está concienciar sobre la importancia de la educación ambiental, tanto a los adultos como a los más pequeños. Hablar del medio ambiente con niños puede ayudar a que las generaciones futuras sigan promoviendo el mensaje de sensibilización medioambiental.
En el terreno de las empresas, mientras que la economía lineal ha sido la más habitual desde la revolución industrial, optar por una economía circular ayudaría a crear un sistema sostenible. Es decir, la empresa se hace con la materia prima, el producto llega al consumidor y los desechos son gestionados de tal manera que las partes útiles pueda transformarse de nuevo en materias primas secundarias. Incluyendo, por supuesto, la valorización de los productos una vez que haya concluido su vida útil.
Un sistema extendido y que tiene cabida dentro de la denominada norma de las 3R: reducir, reutilizar y reciclar. Este formato podemos aplicarlo perfectamente tanto para la educación medioambiental, como para las grandes y pequeñas empresas.
Los principios y características de la educación ambiental
Los objetivos de la educación ambiental según la UNESCO son de sobra conocidos por todos, pero está en nuestra mano aplicarlos en el día a día y enseñarlos a los más jóvenes dando ejemplo. Uno de los pilares base pasa por fomentar el interés de las personas en los problemas ambientales y cómo, en la medida de lo posible, podemos resolverlos. Para crear esta actitud podemos valernos de actividades para los niños, uno de los métodos ideales para la educación ambiental.
Tal y como indica la propia UNESCO, los objetivos de la concienciación medioambiental pasan por:
- Conocimientos: Fomentar el interés por el medio.
- Actitudes: Además de adquirir el interés por el medio, lograr la voluntad para su conservación.
- Aptitudes: Ayudar a conseguir las aptitudes.
- Toma de conciencia: Asumir los graves problemas vinculados al medio ambiente.
- Capacidad de evaluación: Evaluar los diferentes programas vinculados a la educación ambiental.
Cómo concienciar a la gente sobre el medio ambiente
Las actividades vinculadas al medio ambiente no tienen porqué estar pensadas sólo para los más pequeños. Por ejemplo, podemos cuidar de los bosques con diferentes escapadas los fines de semana, plantar árboles de crecimiento rápido autóctonos o usar la bicicleta en lugar del coche.
Nuestro hogar debe ser el primer punto de partida. Emplear los diferentes contenedores de reciclaje para cada tipo de material, ya sea plástico, papel o vidrio, hará que el cambio hacia una vida mucho más enfocada a cuidar del medio ambiente se haga más sencilla.