En Gestán Conteco hemos hablado en otras ocasiones sobre el proceso a seguir para el alquiler de contenedores de escombros, incluso hemos sugerido algunos consejos para completar la reforma con éxito, incidiendo en los detalles que atañen a los residuos peligrosos, especialmente el amianto. Pero, ¿alguna vez te has preguntado dónde terminan los escombros o si son reciclados?
Hoy toca el turno de centrarnos en una de las más habituales e importantes preguntas con relación al reciclaje y la economía circular.
¿Qué se hace con los escombros una vez termina la obra?
Antes de comenzar a hablar sobre el tema que nos atañe es importante que repasemos algunos datos, brevemente, sobre cómo llenar un contenedor de obra. Es una parte importantísima del proceso, pues un contenedor rellenado erróneamente puede conducir a multas o la imposibilidad de ser transportado. El primer paso, y más importante, es introducir sólo aquellos materiales catalogados como escombros. Ladrillos y cementos son los más comunes, pero también existen otros dentro de la misma categoría. Debes prestar atención a la cantidad de escombros que vas a introducir en el contenedor; nunca deben rebasar las aristas superiores. Otras recomendaciones clave, e igualmente importantes, son solicitar siempre un contenedor de acuerdo al tipo de escombros que vamos a retirar; así como tapar el contenedor con una lona una vez hemos introducido los residuos en él.
Con estos conceptos básicos y el camión listo para recoger el contenedor de escombros llegamos a la gran pregunta, ¿dónde serán depositados? En Gestán Conteco podemos presumir de contar con nuestra propia planta de reciclaje, ubicada en A Coruña. El registro de entrada, pesaje de los residuos y por supuesto la revisión de los mismos serán los primeros pasos que seguirán nuestros profesionales una vez el camión llegue a las instalaciones.
Una vez revisemos que la documentación sea correcta y el “ok” por parte de los operarios, el contenedor o contenedores pasan a la siguiente fase: separación de los residuos. En la reforma de una vivienda, por ejemplo, es común encontrar todo tipo de escombros. Desde vigas, ladrillos, cementos, madera… Residuos que deben ser separados unos de otros para así ser clasificados, reutilizados y reciclados.
En esta fase comenzaremos siempre con los residuos de mayor volumen, utilizando máquinas con pinzas manipuladoras que facilitarán todo el proceso. El cribado de tierras y el machaqueo serán los procesos para aquellos residuos de menor tamaño, reduciendo sus dimensiones.
Ya sabemos qué ocurre con los escombros de mayor y menor tamaño, pero no podemos dejar pasar por alto aquellos de índole férrica. A medida que los residuos son separados, un imán se encargará de “recoger” aquellos residuos férricos para ser separados del resto. Un proceso similar siguen aquellos escombros que son separados de acuerdo a su densidad para la elaboración de los áridos reciclados; fase que realizaremos mediante flotación.
La gestión de los residuos es una cuestión fundamental para la salud ambiental y la sostenibilidad urbana. Una mala gestión de los residuos o escombros en deriva en vertidos ilegales o depósito en vertedero de residuos que podrían haber sido valorizados. Esto conlleva graves problemas medioambientales como la contaminación y la ocupación insostenible del terreno, representando también una oportunidad perdida en la reutilización de materiales valiosos.
Los profesionales del sector y la sociedad en general juegan un papel importantísimo. Con un cambio en su mentalidad, junto a la disponibilidad de tecnologías de reciclaje y políticas efectivas, se puede lograr una óptima gestión de escombros. De nosotros depende tomar un papel activo y responsable en este proceso, asegurando un futuro más sostenible.